domingo, 16 de junio de 2013

Málaga - Museo Carmen Thyssen-Bornemisza: "Fe y Fervor en la colección Carmen Thyssen"


Por Javier García-Luengo Manchado




Sin lugar a dudas, Málaga se nos presenta como todo un clásico en nuestros destinos veraniegos. En efecto, su costa, el Mediterráneo, la belleza de sus calles y plazas hacen de esta ciudad un sueño del que podemos disfrutar, quienes no tenemos la dicha de vivir allí, al menos durante los meses estivales.

Hoy sin embargo, quiero destacar dentro de este auténtico joyel del sur, una de sus alhajas que brilla tanto como ese sol que buscamos en estos días y que, por eso mismo, no nos podemos perder. Se trata del Museo Carmen Thyssen-Bornemisza y más concretamente quiero referir la recoleta pero deliciosa exposición titulada Fe y Fervor en la Colección Carmen Thyssen.

Es curioso hacer notar que en estos tiempos de crisis, donde los valores materiales parecen ponerse en duda, el mundo del arte nos está ofreciendo una visión alternativa a través de diversas muestras que, desde diferentes puntos de vista, han abarcado temas similares, se puede citar en este sentido, Arte y Espiritualidad, celebrada en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) y el Museo de Bellas Artes de la misma ciudad, o la actual edición de las Edades del Hombre de Arévalo (Ávila), dedicada en esta ocasión a la Fe.

Llanto sobre el Cristo Muerto
La exposición que nos ocupa, tiene por objetivo reunir una decena obras pertenecientes a la propia colección Carmen Thyssen, diez creaciones que, desde el Trecento italiano hasta el siglo XX, pretenden establecer un diálogo entre lo cultual y lo cultural a partir del hecho religioso cristiano.
Por ello no es extraño que el recorrido comience con el principio de todo –In pricipium erat Verbum-, con la Anunciación (1890) de Émile Bernard. El pintor simbolista dio rienda suelta en esta tela a todas las conquistas técnicas logradas en la década de los ochenta del decimonono, como el cloisonismo, amén, claro está, de la pincelada fragmentaria de progenie impresionista, en medio de la cual destacan unos sinuosos perfiles que nos hablan de ciertos regustos nouveau.

El resultado de todo ello es una composición de digamos una honda espiritualidad moderna, inteligible desde el anhelo que tantos simbolistas mostraron por el cristianismo y por el arte que otrora buscaba una trascendencia ajena a la técnica, a la ciencia y al positivismo del que huía aquel grupo de estetas finiseculares.

Cristo en la Cruz   Van Dyck
Como no podía ser de otro modo, la crucifixión ocupa lugar destacado en la muestra, estando la sala presidida por el impresionante Cristo en la Cruz (h.1627) de Van Dyck. En esta imagen, arrebatadoramente sobrecogedora, Cristo, sólo, sin ninguna otra figura, recortado ante un paisaje someramente esbozado, es el gran protagonista, o coprotagonista, si tenemos en cuenta el papel de su mirada, esos ojos que se encomiendan al Padre, a quien, efectivamente, no vemos, pero la intensidad de dicha mirada ineludiblemente nos revela.

Junto a Cristo en la Cruz, se ubica un boceto que en los primeros ochenta del siglo XIX dibujó el postimpresionista Paul Gauguin para su famoso Cristo amarillo, donde el genial francés muestra su interés, a través del sintetismo, por una talla popular venerada en Pont-Aven, población bretona donde Gauguin fue a buscar el anhelado primitivismo; comenzando a desarrollar desde entonces su inquietud por el mundo de las creencias y las religiones más allá de latitudes o culturas.

Y es que la derivación cultural del fenómeno religioso fue un acicate para muchos artistas del siglo XIX, por ello la exposición se cierra con tres obras correspondientes al tema de la semana santa sevillana, motivo que encajaba perfectamente con el costumbrismo popular tan propio del espíritu romántico. Estos grandes óleos de Alfred Dehodencq, Joseph Saint-Germier y del sevillano Gonzalo Bilbao culminan un recorrido donde se nos demuestra que la Fe, como experiencia mística o como elemento cultural, ha sido y es una profunda experiencia estética para los artistas de todos los tiempos en cualquier lugar.





Temporadasblog desea agradecer a la Colección Thyssen-Bornemisza las facilidades dadas para la reproducción de sus obras

Javier García-Luengo Manchado es Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca, obteniendo Premio Extraordinario de Doctorado en 2006. Ha desarrollado su labor docente en las Universidades de Salamanca y Anáhuac de México, asimismo ha efectuado estancias de docencia e investigación en las universidades de Londres, Sapienza de Roma, Évora de Portugal, Cergy-Pontoise de París y Academia de España en Roma.
Ha comisariado exposiciones dedicados a pintores del siglo XX y escrito libros y artículos de investigación referido a los mismos temas.
Como conferenciante ha participado en el programa El Prado fuera del Prado, ciclo organizado por el Museo Nacional del Prado.







1 comentario:

  1. Me encanta,Javier!!!! un artículo muy interesante y bien documentado.Habra que ir a Málaga para visitar el Thyssen.

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