miércoles, 29 de octubre de 2014

Perdón y Penitencia





Por Paco Fochs





Vaya ingenuidad: pedir perdón por lo de la corrupción. Ya se sabe que si pides disculpas, al poco tiempo tienes que abdicar o dimitir, según sea el caso. Hay ejemplos muy conocidos por lo que prefiero no citarlos.

En España somos mayoritariamente católicos y sabemos que cuando uno se dirige al confesionario para que te perdonen los pecados, efectivamente te absuelven, pero también te imponen una penitencia. Así que lo nuestro es un perdón condicional hasta que pagues.

Han caído como unas almas de cántaro que dirían en El Quijote. Ahora les toca la penitencia. Claro que el tema de las disculpas lo inició impetuosamente Esperanza Aguirre, que como saben se rodeó de un equipo de numerosos imputados y sospechosos que, dado el surrealismo de nuestro país, le ha llevado a fichar por una empresa de selección de altos directivos.

El asunto va a tener su miga: me imagino unas próximas elecciones generales en las que pueden competir: Soraya Sáez de Santamaría, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Ojalá. De esta forma, el rearme moral que recientemente desde Asturias reclamaba Felipe VI, puede tener su oportunidad, ya que con la tropa actual, por curriculum y edad, va a ser imposible rearmar cualquier cosa.

Pero bueno, no hace falta dimitir. Si el presidente anuncia que no vuelve a presentarse, el panorama puede despejarse ya que muchos comenzarán a preparar el equipaje y algunos problemas se resolverán automáticamente. O eso quiero creer.

Tal vez el ingenuo ahora es un seguro servidor.




1 comentario:

  1. Como resulté que Pablo Iglesias tiene una cuenta en Suiza, ya será para hacerse un hará-kiri colectivo. Pablo, nooooooo, porfa!

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