Por Javier García-Luengo |
Sanas,
sencillas y encantadoras costumbres tales como dejar salir antes de entrar, dar
las gracias o saludar amablemente, resultan, paradójicamente, normas tan
naturales y básicas como ausentes en nuestros días. Estos pequeños detalles que
pueden hacer tan agradable nuestra cotidianidad, se tornan sin embargo
fundamentales en un medio como el profesional.
Precisamente
el HOTEL VILLA REAL de Madrid,
siempre atento al bienestar y al confort del cliente, ha sido el encargado de acoger
un encuentro destinado al protocolo en las comidas de trabajo, anticipándose
así al mes de diciembre, donde las empresas celebran cenas y encuentros que, en
ocasiones, si no se tiene un correcto e incluso distinguido uso de las formas,
pueden concluir en un incierto resultado.
Organizado
por Sofía Gutiérrez de SOGUES Comunicación y actuando como
anfitrión Felipe Turel, Director del
VILLA REAL, disfrutamos de la
distendida charla de Montse Guals. Mientras
escuchábamos las oportunas indicaciones de Guals
en el marco de uno de los exclusivos salones del referido Hotel, rodeados por
una singular colección de mosaicos romanos, se degustó un suculento menú
servido por un personal invisible, tal
y como apuntaba Paco Patón, Director
de Restauración del Hotel, esto es, un servicio cuya discreción hace compatible
la eficacia con la fluidez del encuentro, recurso este imprescindible en una
exitosa comida de negocios.
Temas
como qué hacer con el móvil –apagarlo puede ser lo mejor-, en qué momento abordamos
determinados asuntos, cuándo cerramos un contrato, quién pide el vino o paga la
cuenta, incluso la forma más apropiada de ir vestido, no tanto con una finalidad
protocolaria como para marcar determinados rasgos de nuestro carácter, se
abordaron en una reunión sazonada en todo momento por una atención excepcional
y una calidez no ajena al gusto artístico, distintivo este de la cadena Derby Hotels Collection.
Has sacado a relucir dos adjetivos a la actividad del Restaurante que me han llamado la atención: Suculento menú y Personal invisible. Se suele ver lo contrario, menús que, de tanta mezcla de sabores, "no se sabe a qué saben" y camareros que se creen mayordomos ingleses, por lo tiesos y fríos. Ojalá prosperen estas iniciativas.
ResponderEliminar