Por Luisa Grajalva Escritora y Periodista |
Solo los elegidos habían sido convocados a aquella cita secreta, los que habían demostrado verdadero talento para causar el mal.
Una parte del mundo llevaba años disfrutando de un relativo bienestar y eso no era admisible. Si no ponían freno, perderían su poder.
A los pocos días de aquella reunión de brujos de la política y las finanzas, los bancos comenzaron a ofrecer hipotecas subprime.
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