Por Paco Fochs |
Tengo un amigo de
mi quinta (ya no sé si es quinta, sexta o séptima) que está muy preocupado.
Resulta que en su día, por motivos de amistad, aceptó ir en la lista de las
elecciones municipales del PP que se celebraron en su pueblo de la sierra
madrileña. El hombre se presentó en el último lugar, pero por razones “púnicas”,
la lista ha corrido y hete aquí que le toca ser alcalde.
Eso no le preocupa
o como dice él: “a lo hecho, pecho”. El problema es que ahora debe pasar un
examen que se ha inventado la presidenta de su partido en Madrid. Eso le
perturba pues hace tiempo que los únicos test a los que se somete son de
carácter médico.
Consciente de que a
nuestra edad se pueden hacer todavía muchas cosas menos el ridículo, ha
rescatado sus libros del bachillerato y no para de ver concursos de televisión
para poner al día sus conocimientos.
También me ha
solicitado un corto cuestionario de temas que pudieran salir en el examen. A
título de consejo. Lo hago público, con su permiso, para que pueda servir a
otros futuros alcaldes que estén en parecida situación.
Divido las
preguntas en tres temas: Base, Buenas prácticas y Conocimiento de la actual
situación social. En la primera o base se contestan las preguntas obligadas:
¿Es usted corrupto? o ¿Tiene alguna cuenta en Suiza? Así varias. Cuarto y
mitad.
Después se pasa al
tema de “Buenas prácticas” que profundiza en lo que llamo el “Código Monago”.
Es decir, cuestiones ya conocidas como: ¿Tiene usted parabólica? o ¿Cuándo
viaja en coche y se detiene en un bar para comer, lo hace en barra o en mesa? Para
responder bien, consulten las recientes declaraciones del citado señor Monago en
las cuales diserta sobre estos asuntos. Definitivamente a este señor hay que
dejarle hablar más.
Por último, el tercer tema se resuelve con una simple
pregunta que no permite matices: ¿Es usted de la Pantoja o de la Infanta? Es una moderna visión de las dos Españas. No es necesario pronunciarse. En esta pregunta puede uno lucirse respondiendo sobre el
respeto que le producen las decisiones de los jueces, pese a las razones
“púnicas” antes comentadas.
Sigan estas
instrucciones y seguro que pronto serán alcaldes. Suerte.
No asustes con estos artículos Paco, que yo una vez me presenté en un Grupo independiente con la condición, también, de ser el último o de los últimos, y todavía me sueño algunas veces que tengo que volver al Cole. Naturalmente, sin tener ni idea de la lección.
ResponderEliminarHay cosas que es mejor no meneallas.
Pues ellos se lo pierden. Serías un buen alcalde. Aquí y en Nueva York. Abrazos y gracias.
EliminarCreo que le falta alguna pregunta sobre la intencionalidad, algo así como las puertas giratorias...
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