Por Paco Fochs |
Hace
ya algunos días, la alcaldesa de Madrid hizo unas declaraciones que confieso me
sorprendieron; “Los madrileños están acostumbrados a un nivel alto de
limpieza”, aseguró Doña Ana y mí sobresalto fue sin duda debido a que servidor piensa
que las cosas, las ciudades y las personas están limpias o no. No hay niveles. De
la misma forma que las señoras pueden estar embarazadas o no. Tal vez soy un
poco simple pero en estos casos no admito matices ni niveles.
Otra
cosa es la suciedad: se puede ser sucio, cochino, asqueroso, guarro, mugriento,
cochambroso, pringoso, churretoso, manchado, hediondo, descuidado,
impresentable, puerco y así algunas más definiciones que aunque parezcan sinónimos,
cada una tiene su matiz y por ello su nivel.
Desde
que los servicios de limpieza están en conflicto laboral, la capital se ha
hecho merecedora a todos los “niveles de suciedad” descritos y por las calles
se pasean ya gatos y ratas en plena contienda entre las hojas de otoño.
El
Ayuntamiento se ha lavado las manos en este conflicto. Se supone que utilizando
los llamados “servicios mínimos”. Este “ejemplo” de limpieza inoportuna resulta
paradójico en estas circunstancias.
Opino
que los madrileños están acostumbrados a un nivel medio de suciedad en sus
calles, especialmente en según que barrios, lo cual se tolera desde hace años
pues ya se han resignado y se juzga inevitable. Pero lo de ahora ya es de récord.
Finalmente
no concedieron las olimpiadas a Madrid, pero de una forma u otra la capital va a conseguir ser “el asombro del mundo”.
El nivel más alto es el de la incompetencia de tanto político torpe y sin ideas.
ResponderEliminarLgrajalva lleva toda la razón del mundo, la mayor huelga de limpieza a la que asistimos es al de la limpieza de la clase política. El Coleccionista
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