viernes, 8 de noviembre de 2013

The Indian Queen



Por Concha Carbajo







El Teatro Real ha estrenado esta ópera compuesta por Henry Purcell (1639-1695).

Es esta la  última obra del magnífico compositor inglés, de la cual compuso más o menos la primera hora y que se finalizó Dios sabe como (e incluso si se ha finalizado definitivamente pues versiones hay varias) hasta llegar a las casi cuatro horas de la obra que se representa en el Real.

No importa la duración – bueno algo si – ya que entrar en una ópera del barroco y de Purcell, es entrar en un trance de paz, sensibilidad, sosiego y belleza. Todo ello muy recomendable.

Si además se ofrece con dirección escénica de Peter Sellars con escenografía de Gronk y con Teodor Currentis al frente de su conjunto musical de confianza: la Orquesta y el Coro de Perm, el espectáculo ofrece suficientes atractivos.

En esta descripción idílica hay algo que rechina, en especial a quienes van con espíritu patriótico. A ellos lo de la paz y el sosiego que antes aludíamos se convirtió en irritación ante una obra que describe la ya conocida actuación de los antepasados españoles que viajaron hasta el Nuevo Mundo y que todo se resume en una palabra mítica: “sanguinaria”.

Todo ello parece más injusta cuando la realidad ofrece la actuación silenciada de otros europeos en el norte del “nuevo mundo”, en cuyos países no siguen predominando en la actualidad los sioux, apaches y demás que son la etnias que allí se encontraron. Pero bueno, ya es sabido que la historia la escriben los vencedores o los supervivientes.

Una habla de música, no de historia y por ello aplaudí la obra y comprendí a los que la abuchearon. Poco, pero algo sí.

La verdad es que los españoles ya asumimos y “pasamos” de muchas cosas, para desespero de provocadores. Incluso valoramos unas obras que nos ponen a caer de un burro.



Fotos: Javier del Real


4 comentarios:

  1. Gracias, Concha; un privilegio, poder ir de tu mano a la ópera... y a la historia.

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  2. Concha!!! totalmente de acuerdo, me parece una reflexión absolutamente genial y creo que tremendamente justa con lo que hemos visto y hemos escuchado. Felicidades por, a diferencia de otra rítica manida, no temer arriesgarte en tus juicios!! El Coleccionista

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  3. Yo también te felicito, Concha, haces que vivamos todo lo que cuentas casi como si hubiésemos asistido contigo.

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