Por Concha Carbajo |
El
Teatro Real ha estrenado esta ópera compuesta por Henry Purcell
(1639-1695).
Es
esta la última obra del magnífico
compositor inglés, de la cual compuso más o menos la primera hora y que se
finalizó Dios sabe como (e incluso si se ha finalizado definitivamente pues
versiones hay varias) hasta llegar a las casi cuatro horas de la obra que se
representa en el Real.
No
importa la duración – bueno algo si – ya que entrar en una ópera del barroco y
de Purcell, es entrar en un trance de paz, sensibilidad, sosiego y
belleza. Todo ello muy recomendable.
Si
además se ofrece con dirección escénica de Peter Sellars con
escenografía de Gronk y con Teodor Currentis al frente de su
conjunto musical de confianza: la Orquesta y el Coro de Perm, el
espectáculo ofrece suficientes atractivos.
En
esta descripción idílica hay algo que rechina, en especial a quienes van con
espíritu patriótico. A ellos lo de la paz y el sosiego que antes aludíamos se
convirtió en irritación ante una obra que describe la ya conocida actuación de
los antepasados españoles que viajaron hasta el Nuevo Mundo y que todo se
resume en una palabra mítica: “sanguinaria”.
Todo
ello parece más injusta cuando la realidad ofrece la actuación silenciada de
otros europeos en el norte del “nuevo mundo”, en cuyos países no siguen
predominando en la actualidad los sioux, apaches y demás que son la etnias que
allí se encontraron. Pero bueno, ya es sabido que la historia la escriben los vencedores
o los supervivientes.
Una
habla de música, no de historia y por ello aplaudí la obra y comprendí a los
que la abuchearon. Poco, pero algo sí.
La
verdad es que los españoles ya asumimos y “pasamos” de muchas cosas, para
desespero de provocadores. Incluso valoramos unas obras que nos ponen a caer de
un burro.
Fotos:
Javier del Real
Gracias, Concha; un privilegio, poder ir de tu mano a la ópera... y a la historia.
ResponderEliminarGracias Maite, cuando quieras vamos juntas. Bsss. Concha.
EliminarConcha!!! totalmente de acuerdo, me parece una reflexión absolutamente genial y creo que tremendamente justa con lo que hemos visto y hemos escuchado. Felicidades por, a diferencia de otra rítica manida, no temer arriesgarte en tus juicios!! El Coleccionista
ResponderEliminarYo también te felicito, Concha, haces que vivamos todo lo que cuentas casi como si hubiésemos asistido contigo.
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