Por Luisa Grajalva |
Los
informativos dieron la noticia:
“Ha desaparecido una palabra del
vocabulario universal y con ella su significado. Se sabe que ha disminuido en
una el total de palabras contabilizadas en cualquier idioma, pero, al haberse
borrado del lenguaje, es imposible determinar cuál es”.
El
suceso no inquietó, palabras había muchas. Tampoco reparó nadie en que a esta
desaparición siguieron algunas otras ni en que los libros estaban escritos de
forma diferente. Ni siquiera advirtieron que el mundo se volvió mejor y sus
habitantes más felices.
En
la torre de control del universo, alguien se daba palmadas en la frente:
¿Pero cómo no se me ocurrió antes? Si
sólo había que eliminar la primera persona del singular, la palabra “yo”…
No hay comentarios:
Publicar un comentario