Fiestas eléctricas

Por Paco Fochs

Estas fiestas tan entrañables, servidor las celebra con una tradición insólita: algún electrodoméstico se declara en huelga o toma una baja indefinida.

Puede ser un televisor, el horno, el teléfono, el ordenador, la caldera o incluso la luz en general. No falla. Es una forma que ellos tienen de reivindicar su estancia en la tierra y concretamente en mi hogar.

Realmente que todo funcione durante el año y que se hagan notar en estos días no deja de ser una señal paranormal. Pero el propio desarrollo vital de estos aparatejos es paranormal: se nutren de energías y nadie tiene mucha idea de cómo se produce eso e incluso quienes han querido investigarlo, a través de recibos y demás papeleos, generalmente han sufrido mareos, cefaleas y otros inconvenientes.

Este año el accidente doméstico ha sido leve y fácilmente reparable ya que mis electrodomésticos tienen buen fondo, cierto sentido de la ética y en definitiva no son mala gente. Supongo que han pensado que ya tenemos bastante con el susto que nos han dado por la cuestión de la subida de la luz. Ella solita se puede cargar la “generosísima” revalorización de las pensiones, que tanto les costó manipular.

A estas horas en el ministerio de industria y energía están buscando soluciones creativas para salirse del lío en el que se han metido. Podemos esperar cualquier cosa:  tal vez repartir velas.