Por Concha Carbajo |
No se me ocurre mejor
forma de celebrar la fiesta de la Inmaculada, es decir mi “santa”, que acudir
en la víspera a la inauguración de la temporada del Teatro de la Scala de
Milán.
Ya va siendo una
tradición con la que cumplo desde hace algunos años, por cierto muy barata desde
que decidieron retransmitirla en directo en ciertos cines. Agradezco así pues a
las nuevas tecnologías que permiten que la montaña venga a Mahoma, (ya que es
impensable que Mahoma pudiera cada año acudir
a la montaña) y así presenciar un gran acontecimiento que además tiene gran
influencia en el devenir de la temporada lírica en general.
Este año se representaba la Traviata que suponía un riesgo emocionante, pues si el público de La Scala
es entendido, con esta obra tan emblemática de Verdi, ya consiguen matrícula de
honor.
Triunfar allí y en estas
circunstancias no es fácil y lo ha conseguido la soprano alemana Diana Damrau en el papel de Violetta,
es decir de Traviata.
Diana Damrau tiene tras
si una exitosa carrera basada en un repertorio compuesto por obras de Bach, Mozart,
Schubert, Mahler o Strauss aportó toda su técnica y sensibilidad para poner en
pie y hacer creíble a un personaje tan alejado de su habitual repertorio e
incluso de su propio físico.
Daniele Gatti cumplió
perfectamente como director musical en un teatro cuyo público habitual muestra
evidentes y apasionados ataques y defensas de los maestros. En ocasiones por
motivos alejados al estricto sentido musical.
La Scala de Milán |
La dirección escénica
corrió a cargo del ruso Dimitri Tcheniakov
que sigue edificando su carrera, después de un meritorio Eugene Oneguin en el
2008, a base de sonoros abucheos. Lo de ayer no fue una excepción aunque algo se
contuvo. Debió ser el conocido pánico escénico. Pese a ello logró que los
cantantes no estuvieran cómodos en el desarrollo de sus personajes, en especial
el tenor polaco Piotr Beczala.
Con el buen sabor de la
actuación y triunfo de Diana Damrau salí a las nieblas de Pozuelo que poco
tiene que envidiar a las de Milán.
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