Una cuestión de honor

Por Paco Fochs

Supongo que a estas alturas del siglo XXI ya no se atormenta a los niños con la pregunta: ¿a quién quieres más, a Papa o a Mamá?. La respuesta siempre ha sido: “a los dos iguales”.

Nosotros seguimos igual. La pregunta ahora es: ¿a quién crees más a Bárcenas o a Cospedal?.

Les recordamos que Luis Bárcenas que por porte, abrigos y domicilio es un genuino representante del Barrio de Salamanca de Madrid, ha asegurado que su mano dio a Dolores de Cospedal dos sobres que contenían una cantidad respetable de Euros cada uno. Lo de la mano aporta cierto morbo. Pero la dama lo niega rotundamente.

Puestas así las cosas, la pregunta sobre la credibilidad de ambos personajes está en plena actualidad.

Servidor tiene su opinión. Emitida desde el estado de estupefacción en el que episodios nacionales como el citado, le han postrado.

Me explico: soy un clásico. Creo que si la mano de un señor maduro le  regala una fortuna a una señora casada, es el momento en el cual el marido de esta debe actuar. Sin pedir explicaciones a la agraviada por muchas sospechas que interiormente pueda tener; lo primero es el honor.

Por ello, nada mejor que dirimir estas cuestiones en el campo del idem, es decir: el campo del honor. Ya saben: al amanecer, con padrinos y a elegir: pistolón o espada. No importa que uno esté en plena forma debido a la vida ordenada que sigue y al deporte que practica en Soto del Real y que el otro esté adocenado por la vida sedentaria que arrastra por restaurantes y consejos de administración. En estos casos en los que el honor de una dama está en cuestión, el destino decide.

El que gane seguro que tenía la razón.