Por Javier García-Luengo Manchado |
Hacia 1914 el
Cubismo había producido importantes conquistas estéticas. Iniciado en torno a
1907 de la mano de las célebres y polémicas Señoritas
de Avignon de Picasso, el
Cubismo pretendía crear un lenguaje estético cuya piedra angular consistía en la
eliminación de la perspectiva geométrica como recurso pictórico, por entenderse
que ésta generaba un espacio falso, ilusorio, ajeno a la bidimensionalidad propia
de la pintura.
Max Beckman - Autorretrato como enfermero |
El Cubismo
en su etapa analítica primero, como en su fase sintética después -momento en el
que por cierto irrumpirá el uso sistemático del collage como técnica artística-,
ejerció una influencia extraordinaria en otras vanguardias -Suprematismo,
Neoplasticismo, Futurismo-, así como en el campo del diseño e incluso de la
decoración.
Por tanto,
expresionistas, futuristas o cubistas pretendían una revolución ideológica y/o
estética capaz de regenerar al Hombre y a la Sociedad. Sin embargo, cualquier
esperanza de cambio se truncaría precisamente cuando en 1914 estalló la Gran
Guerra, un conflicto de un calado internacional sin precedentes, donde la
población civil se convirtió en el trágico protagonista de la carnicería bélica
jamás conocida hasta entonces.
Severini - Síntesis de la idea de la guerra |
El desgarro,
la violencia, la enfermedad, el hambre y la fractura social era sentida y
padecida por aquellos artistas de una manera muy directa, no sólo en el complejo
transcurrir diario de esos cuatro largos años, sino que algunos de ellos fueron
movilizados, como es el caso de Beckman,
Léger, Chagal, Kirchner, Kokoschka,
Bracque o Derain, otros incluso corrieron peor suerte, pagando con su
propia vida aquella belicista sinrazón, así sucedió con Boccioni y con Egon Schiele.
Juan Gris - El Fumador |
Es justo en pleno
fragor de este auténtico apocalipsis cuando surgió un grito: rappel à l´ordre. Dicha expresión, codificada
por Jean Cocteau posteriormente,
supondría todo un decálogo que marcaría la estética de muchos movimientos
artísticos del periodo de Entreguerras, cuya idea principal, aun dentro de su
complejidad, proponía un retorno a la tradición, a dejar a un lado la extravagancia
de las vanguardias para volver la mirada al arte del pasado.
Revivificación
del pasado, sí, pero visto con ojos nuevos. Es este el momento en que se inaugura
la etapa Neoclásica de Picasso o en
el que se desarrolla Valori Plastici. Más
que un movimiento concreto, el retorno al orden era un sentimiento estético que
retomaba la figuración pero trabajada a partir de la lección aprendida de las
vanguardias, es decir de la esencialización del cubismo o la libertad cromática
del expresionismo.
Pablo Picasso - Las Señoritas de Avignon |
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