lunes, 3 de marzo de 2014

Febrero Lírico



Por Concha Carbajo






Michelle Obama con motivo de su 50 cumpleaños cursó una invitación en la que se indicaba que los asistentes “fueran cenados”, aparte de llevar zapatos cómodos para poder bailar.

Algo de esto faltó en la información que el querido Teatro de La Zarzuela ofreció con motivo del estreno de la Ópera-Zarzuela o Zarzuela-Ópera: Curro Vargas, de Ruperto Chapí, con libreto de Joaquín Dicenta y Manuel Paso Cano. El asunto comenzó a las 20 horas y finalizó a las 24.

Curro Vargas
Pero esto es lo de menos. Al fin y al cabo estamos en un invierno-primavera muy wagneriano (entre Tristan y Lohengrin) y ya sabemos que con don Ricardo los horarios se rompen, afortunadamente.

Curro Vargas
Curro Vargas es una obra muy estimable siempre que se midan las bases tópicas de cualquier dramaturgia: planteamiento, nudo y desenlace. Aquí el planteamiento es excesivo. Los dos libretistas lo explican reiteradamente, sin margen alguno para la duda. Está claro que Curro matará a Soledad. Por supuesto lo hace finalmente, entre quejidos estomacales del respetable y reconocimiento de que lo de la violencia de género viene vergonzosamente desde hace tiempo.

Una muy estimable música del Maestro Chapí, servida por la orquesta y coro del teatro bajo la dirección  de Guillermo García Calvo y un elenco de cantantes: Saioa Hernández, Andeka Gorrotxategui, Milagros Martín (estupenda) y Luis Álvarez que llevaron a buen puerto la obra.

El Real sigue en su línea de despedida de Mortier.

Alceste
Se estrenó Alceste de Gluck que en su vida pensó que su delicada obra podía ser pateada en Madrid. Esto ha sido “mérito” del director de escena: Krzystof Warlikowski que planteó una atrevida propuesta que no fue del agrado del público y crítica.

El problema es que en el foso estaba el nuevo Director Musical: Ivor Bolton y el tema parece ser que le desbordó.

No importa. Ya dicen los gitanos (y muchos “payos”) que no desean buenos comienzos.


2 comentarios:

  1. Lo de Alceste no tiene nombre, bueno sí, Warlikowski quien ya de joven en la peluquería de su pueblo mientras ojeaba las revistas del corazón, debió empezar a mitificar a Lady Di o a mirarse en ella como el espejo en qué reflejarse... Al final en cuanto ha caído Alceste en sus manos ha sido Gluck el que ha pagado frustraciones, y el público del Real con él. ¿Hasta cuando tenemos que soportar a estos directores de escena puestos a dedo, nombrado entre amiguetes, en detrimento de cantantes, libreto y, sobre todo música? Gracias Concha por tu artículo!!!!!! El Coleccionista

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  2. Yo creía que ya no existía lo del pateo. Somos tan educados......
    Pues me parece hasta bien. Habría que patear a bastante gente de los, como dice El Coleccionista, nombrados a dedo, en todos los estamentos.
    Nos iría bastante mejor. Creo.
    Jero

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