miércoles, 19 de marzo de 2014

Microrrelato: Desahucio


Por Luisa Grajalva










Desde que nací, esta ha sido mi tierra y la de mis hermanos, pero nunca he sentido que me pertenezca, sino todo lo contrario, he sentido que éramos nosotros quienes pertenecíamos a ella.

Crecimos con el respeto de todos y dando lo mejor de nosotros para beneficiar a cuantos nos rodeaban, por eso no puedo creer que sean los mismos vecinos quienes quieren echarnos. Jamás pensé que nadie pudiese arrancarnos de aquí, y mucho menos por un capricho absurdo, por una decisión irresponsable.

Mientras espero nuestro desahucio, me despido del sol, del aire y del agua, de todo lo que alimentó nuestras raíces.

Ya vienen las máquinas que nos talarán. Sobramos muchos árboles en su campo de golf. 





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