Por Paco Fochs |
La Mancha es una tierra que ha proporcionado artistas universales: uno de ellos es el pintor Antonio López García, que suponemos estará pasando momentos incómodos.
El hombre, cuya calidad y minuciosidad
quedó clara en la película de Víctor Erice: “El
Sol del Membrillo”; de visión obligada para cualquier cinéfilo, recibió
hace 16 o 17 años un generoso encargo de Patrimonio Nacional para retratar a la
familia real; el retrato no ha sido finalizado todavía.
Ya saben que los grandes retratos se
finalizan cuando ellos quieren y los artistas no tienen más que reconocerlo
humildemente.
Si nuestro admirado pintor entra en trauma
cuando se mueve la cortina o ventana de cualquier paisaje urbano que con su
arte pasará a la posteridad, imagínense lo que debe ser el retratar a nuestra
familia real.
A su favor tiene que no le solicitaron
la presencia de los nuevos integrantes de la misma: los extraños looks del yerno
mayor, la posibilidad de vestir en azulgrana al segundo y las interminables
variaciones que la Princesa de Asturias somete a su físico, hubieran dado, sin
duda, con nuestro artista en el hospital.
Antonio López García |
Pese a ello, el tiempo va cumpliendo
sus designios y en 17 años, la gente cambia: figuras, expresiones, peinados,
modas y gestos. Todo menos la cara de la Reina mediante los milagros contemporáneos.
No así las manos: a ellas la ciencia todavía no ha llegado con seguridad y además es un terreno muy difícil para
cualquier pintor e incluso argumento de nuestros antiguos artistas de siglos
pasados, para elevar sus honorarios si debían retratarlas.
El hecho es que nuestro gran artista,
al cual defendemos absolutamente, por lo cual no estamos de acuerdo con sus
críticos sobrevenidos, ha declarado que piensa finalizar su obra este mismo año.
Pero el anuncio suponemos que se hizo
antes de que el Príncipe de Asturias decidiera dejarse una frondosa barba.
Creemos - por supuesto sin confirmar - que nuestro
admirado Antonio intenta averiguar si este hecho es coyuntural o sostenible,
ya que la barba no le sienta mal y él como retratista, está allí para
cumplir.
Incapaces de darle una definición, el tema
creo que ha pasado al Senado para emitir el dictamen final que tenga muy en
cuenta el favorecer o no a la “Marca España”.
Como pueden observar: al pobre Senado
se le acumula el trabajo.
En Barcelona está teniendo mucho éxito una obra de teatro titulada "La familia irreal", que creo es una sátira inmisericorde (no la he visto).
ResponderEliminarTal vez don Antonio debiera verla para inspirarse como es debido.
¡Anda que no hay que ser valiente, para retratar a una familia real en el país de Velázquez!
Muchas gracias por hacerme sonreir
ResponderEliminarDice Mamen que tienes una gracia para escribir que si un artículo es bueno, otro es mejor. Lo corroboro. Un abrazo, Mon
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