Por Concha Carbajo |
Este es el título de la ópera de Alban Berg que el Teatro Real de Madrid ha decidido programar durante el mes de Junio.
No les puedo engañar: no es mí ópera favorita. Es más, si no es absolutamente necesario no pienso volver a verla.
Foto: Javier del Real |
El
caso es que no está mal si a ustedes les gusta este tipo de música (de hecho,
los críticos más rigurosos la sitúan a la altura de un Tristán e Isolda) pero para mí, las múltiples versiones que he
tenido que ver de tan interesante obra, no mejoran la emocionante, imaginativa y
austera versión que hace unos años se representó en el Teatro de La Zarzuela que dirigía José Antonio Campos, con José
Carlos Plaza en la Dirección Escénica, Gerardo
Vera a cargo de la Escenografía y un magnífico Edmond Colomer al frente de la orquesta.
Foto: Javier del Real |
He
visto Wozzecks vestidos y desnudos. Con orquestas supersonoras como es el caso
actual (al maestro Sylvain Cambreling
que no le falte de nada, aunque los resultados se pierdan en cierta ampulosidad)
con cantantes tan buenos como en la versión que se representa en el Real, pero
en pocas ocasiones me he sentido emocionada por la desolación vital del antiguo
soldado que concibió George Büchner,
el cual es utilizado como cobaya en experimentos médicos y sufre además (no
solo) las infidelidades de su esposa. Hasta su nombre no está claro: por error
de edición Woyzeck se convirtió en Wozzeck.
Los
cantantes, Simon Keenlyside, Nadja
Michael, Jon Villars, Gerhard Segel y Roger Pandullés, ya hemos comentado que magníficos y la puesta en escena
debida a Christoph Marthaler, con
las salvedades comentadas, muy meritoria. Pero….
La he visto en teatro, pero no en opera; el artículo me ha despertado las ganas de verla.
ResponderEliminarHe asistido al estreno,soy de la misma opinión...Muy bien.
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